Me encuentro a las puertas
del cierre de una etapa y quiero compartir con vosotros/as este hito en mi
camino. Hace 23 años empecé mi andadura profesional en San Francisco (USA),
durante el apogeo de la pandemia del SIDA. Mi experiencia como voluntario en
“Shanti Proyect”, organización destinada a dar apoyo emocional a personas con
VIH-SIDA y a sus seres queridos, fue una experiencia transformadora. Por un
lado encontré mi sitio en el mundo, por fin daba sentido al trabajo que
realizaba y por otro el acompañamiento a la muerte me llevó a buscar
inspiración en libros de personas que apoyaban a moribundos. Curiosamente
aquellos con los que resoné eran budistas.
El gran impacto de aquellas
lecturas, me llevó a probar la práctica de la Meditación Budista. Actividad que
de manera progresiva fue creciendo y lo que al principio suponía un apoyo para
mi práctica profesional ha llegado a ser el objetivo primordial de mi vida.
Me he encontrado ante la
disyuntiva de ser un buen profesional o de seguir profundizando en mi camino
espiritual. Tengo que reconocer que el personaje de Psicoterapeuta que he
creado es un obstáculo en mi proceso de autorealización, es por eso que he
decidido soltarlo. Esto no significa que me retiro del mundo, sino que
simplemente dejo esta actividad y que mi práctica espiritual sigue incluyendo el servicio a los
desfavorecidos.
Durante años he visto en
algunas personas con quienes he trabajado el gran peso que soportaban de sus
personajes (madre del mundo, responsable del dolor ajeno…) y me venía muchas veces la idea de facilitar
un taller que en clave de humor les ayudara a liberarse de tan pesada carga, “Cómo llegar a ser un Don Nadie”. Para que con una honesta mirada darme cuenta de
que yo también estaba necesitado de un trabajo similar, a menudo suele ser más fácil ver en los demás
lo que necesitan cambiar que en uno mismo.
Todos estos años en torno al
sufrimiento humano han supuesto una intensa experiencia, a veces ayudando a
hacer importantes cambios y otras sintiéndome impotente para poder hacerlo. En
general siento satisfacción por el enriquecimiento mutuo que ha supuesto mi
experiencia como psicoterapeuta y también siento la desazón de quienes viven
como un abandono el final de esta etapa.
Estos días me estoy despidiendo de manera
personal de las personas con quienes actualmente hago sesiones. Pero para
quienes en el pasado, me habéis dado el
privilegio de ser vuestro aliado en ese viaje hacia vuestro interior, quiero
expresaros mi gratitud y deciros que aunque mi práctica como psicoterapeuta ha
llegado a su fin, si tuvierais la necesidad de hacerme alguna consulta, vía
e-mail será bienvenida.
Hace aproximadamente año y medio daba
expresión a este Blog que titulaba “Mirada Renovada”. Quería ofreceros una
mayor comprensión de cómo realizaba mi práctica desde mi papel de
Psicoterapeuta, a la vez que escribir algunos artículos de reflexión sobre el
sufrimiento humano.
Quiero agradeceros a quienes
os habéis brindado a compartir vuestras experiencias,
sensaciones acerca de los escritos que he publicado, a través del blog o más
discretamente por medio del correo electrónico. Por si alguien tuviera dudas
quiero aclarar que en toda la vida del blog no he dejado de publicar ningún
comentario, ya que seis personas me han comunicado que me mandaron un
comentario y realmente nunca los recibí. Duendes de la informática.
Deciros también que el blog
seguirá vivo y que próximamente necesitará de una renovación para adaptarse a
este proceso cambiante que precisa esta nueva mirada renovada.
Aprovecho también para desearos
que con la llegada del Solsticio de Invierno-Navidad, así como la luz del sol
se prolonga de manera progresiva para empequeñecer la oscuridad de la noche, de
la misma manera en este desalmado mundo vaya creciendo la luz de la
Consciencia, para que ésta vaya menguando las tinieblas y consecuencias de la
inconsciencia.
Abrazos/Aitor